Cuando hay división en un partido político mayoritario de una nación, el otro partido mayoritario lo utiliza a su propio favor para conseguir ganar votos. Esto no es nuevo. Y al PP le está saliendo redonda.
Primero la gran crisis y los récords mundiales en las cifras del paro españolas. Luego las reformas impopulares más que necesarias para tirar de la economía. A consecuencia de todo lo anterior, una imagen de un Zapatero poco coherente, que ha perdido el carisma ante la ciudadanía. Y ahora, división de opiniones en el seno del PSOE por la continuidad del señor Zapatero. En fin, que no salen de una para meterse en otra.
Entonces, dado que estamos a las puertas de unas próximas elecciones autonómicas, pues el PP utiliza todos estos argumentos para ganar votos, y marcar la diferencia en el electorado, de que el PP es totalmente lo contrario al PSOE. ¿Qué cómo lo hará? Sencillo. En lugar de apostar por argumentos locales, como se hace en este tipo de comicios, el PP apostará por una campaña de hilo nacional, en la que el desgaste de la imagen de Zapatero y la crisis serán las armas de destrucción que pretender quitar la victoria a un PSOE que si no se despierta, va camino de su ruina en las urnas.
Algunos expertos se han atrevido ya a vaticinar que la situación será similar a las autonómicas del 95, cuando el PP le arrebató varias comunidades al PSOE para luego quedarse con la presidencia del ejecutivo en el 96. Yo por ahora me mantengo al margen de opinar, creo que es demasiado pronto, y en el lapso de meses, la tortilla se puede dar la vuelta.
