Xavier García Albiol, presidente del Partido Popular de Badalona, declarará mañana miércoles en la Fiscalía y responderá de este modo por los folletos xenófobos que se repartieron en esta ciudad barcelonesa. En dichos folletos se relacionaba la inseguridad y la inmigración con los gitanos rumanos vecinos de esta localidad y, por si fuera poco, había una fotografía en la que se leía No queremos rumanos.
ICV presentó una denuncia y ahora el fiscal especializado en delitos de odio y discriminación ha llamado a declarar al presidente del PP de Badalona para que responda a estas acusaciones a las que se suma un informe de la Generalitat en el que se recuerda que las personas que provoquen discriminación u odio por causas racistas pueden ser condenados a entre uno y tres años de cárcel.
Veremos cuál es la decisión del Fiscal, si presenta una querella contra Albiol o si, por el contrario, decide archivar el caso. De todas formas, la decisión la tendrá que tomar en muy pocos días, ya que está a punto de finalizar el plazo de seis meses para que el ministerio público realice una investigación.
Los polémicos y controvertidos folletos fueron repartidos el 24 de abril por parte de Xavier García Albiol y la presidenta del PP de Cataluña, Alicia Sánchez Camacho. No contento con esto, Albiol declaró después que todos los rumanos gitanos de Badalona habían llegado para delinquier. Esta declaración le supuso la desautorización del PP, no sólo de Cataluña, sino también de Madrid. Sin embargo, desde su propio partido no le han obligado en ningún momento a pedir disculpas.
Con querella o sin ella, con obligación o sin ella, lo primero que debería hacer Albiol es pedir disculpas a este colectivo. Al PP de Badalona se le fue de las manos este asunto de los rumanos gitanos. Ningún partido, sea del color que sea, debe atacar la dignidad de ninguna persona y mucho menos animar al resto de ciudadanos a mostrar su odio, su rechazo y sus sentimientos xenófobos contra nadie. Por eso, los rumanos gitanos de Badalona, voten o no al Partido Popular, se merecen el mismo respeto que cualquier otro ciudadano.
Fuente | El Mundo