En España, por suerte cualquiera puede fundar un partido político. Pero esa suerte, la podemos disfrutar todos los que en la mayoría no lo hacemos, y sale del bolsillo de todos los ciudadanos. Ahí es donde veo yo el problema. y si vemos las listas de partidos que se presentan, los ceros empiezan a acumularse a la derecha del número.
Y si todos sabemos que en una España en donde casi todo es A o B, y con esas letras me refiero a PP y PSOE, una C a veces es más que necesaria para aclarar muchos asuntos que ni a unos ni a otros interesa clarificar. Pero esa C debe basarse de algún modo en los mismos supuestos que A y B, porque es absurdo y casi podría decir estúpido, lanzar una candidatura de un partido cuyo único fin sea la trasparencia política; evidentemente, a todos nos gustaría ver tal afirmación en un programa electoral, pero no podemos olvidar que todos los demás asuntos que conciernen a la Administración deben ser tomados en cuenta, sino tendríamos una especie de marca política con un único ideal, en lugar de un partido capaz de afrontar su labor.
Sin embargo, no solo esa es la reflexión, sino que creo, que en realidad los ciudadanos a veces no sabemos aprovechar los derechos que se nos ofrecen. No puede ser que cualquiera vaya a formar un partido, se aproveche de los beneficios que le supone incluyendo promoción y publicidad a costa de todos, cuando dicho partido carece básicamente de lo que se puede llamar programa político. Es casi como tirar el dinero a la basura. Y para eso, España, ahora mismo no está.