El falso currículum del secretario de Estado de la Seguridad Social, Tomás Burgos

La verdad es que uno ya no sabe lo que será mejor en este país que nos ha tocado vivir. Si gente con ningún estudio universitario que nos gobiernen, o gente con estudios falsos. Si recuerdan bien, apenas Rajoy nombró al que sería su ejecutivo y sus hombres y mujeres, para que no se me enfade la Aído, de confianza, salieron muchas viñetas comparando la formación a alto nivel de los nuevos ministros con las de aquellos anteriores del PSOE. Parecía que entonces en las elecciones del 2011, los españoles poníamos nuestra confianza en gente bien preparada. Pero de entre esos, alguno, como ya viene siendo habitual, nos ha querido tomar el pelo.

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Lógicamente les hablo del falso currículum del secretario de Estado de la Seguridad Social, Tomás Burgos,  sobre el cual están ahora todos los focos, y de seguro que Gallardón empieza a tenerle manía con lo que le gusta chupar cámara. La verdad es que ahora nso cuentan más milongas atribuyendo el caso a «un error técnico, un fallo de coordinación o de comunicación«. ¿Se creen que somos imbéciles? Vamos a ver, si yo presento un currículum en el que pongo Medicina y Cirugía por la Universidad x, el que lo lee, está en todo su legítimo derecho a entender que soy médico, ¿si no para qué lo pongo?

Si son estudios sin terminar, habrá que especificarlo, que no somos adivinos. Peor claro queda mejor eso de Medicina y Cirugía, que lo de estudios sin terminar. Y ahí empiezan los equívocos, equívocos que reitero son hechos aposta y no por un fallo de comunicación. Ya en Alemania por copiar una tesis hubo quien dimitió, y la verdad no encuentro que falsear un currículum sea en este caso menos grave. Porque si el señor Tomás Burgos lo hace y se mantiene en el cargo, que les parecería si en lugar de Publicidad y Marketing, pongo en el mío Ingeniería a ver que es lo que pasa. Que de seguro si se cae algún puente por mi culpa me voy a la cárcel por falacia y otros cargos, pero el Burgos este sigue tan campante en su puesto. ¡Qué país!

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