La verdad es que hay una cosa que no entiendo. Porque parece que de repente, con la modernidad nos hemos olvidado de aquello de que a los demás les vaya peor no significa que nos vaya mejor a nosotros. Y me encuentro cada día con noticias en informativos que no son noticia, si no que más bien son la demostración a la masa de corderos de que hay quien lo hace peor que nosotros, como si aquello sirviese de consuelo o fuese a hacer que las cosas cambiasen para nosotros.
Esto es lo que ocurre en Grecia. Y es que los griegos no lo pueden estar pasando peor. Y no por ellos mismos, si no por una clase política que no ha sabido si no llevarles a la ruina mientras se llenaban los bolsillos, y que ahora ellos tienen que pagar con su sudor. Las huelgas que se están convocando, lícitas en democracia, faltaría más, no hacen más que agitar el panorama, y aunque sea muy duro decirlo aquí lo que nos servía es acatar lo que sucede unirse para resolver el problema y sobre todo juzgar a los culpables que se han ido además como ex presidentes galardonados.
Y lo del inicio lo digo porque en España, no vayan a creer que las cosas van mucho mejor, porque al porcentaje de paro al que nos estamos acercando no es sinónimo de la bancarrota de un país, como en el caso de Grecia, pero si de la bancarrota de los ciudadanos. Y la verdad no sé que será mejor, porque al primero Alemania ya le ha indicado la puerta de atrás de la salida del euro si no quieren el rescate, pero en nuestro caso parece que la solución ni siquiera tiene puerta trasera.