Sinceramente, lo ocurrido dentro del seno del PP con respecto a la renuncia de Álvarez Cascos es un caso grave. Es un caso grave porque aquí hablamos de que no se respetan las decisiones del que, a día de hoy, es el jefe de filas, Mariano Rajoy y se toman bajo mi punto de vista, decisiones apresuradas, haciendo declaraciones que si se miran desde un punto de vista objetivo, no responde más que a la pataleta de un niño pequeño que se siente destronado por uno que a decir verdad «casi acaba de llegar», cuando el lleva casi tantos años, como los tiene el PP. El cabreo de Álvarez Cascos ha sido recogido en una conferencia de prensa, en la cual Cascos ha abierto la brecha, en la cual no deja claro si fundará un nuevo partido.
Algunas de sus declaraciones en el que ya se conoce como el cabreo de Álvarez Cascos han sido las siguientes:
-«Antes era para el PP y ahora se dirige a un grupo de asturianos que se han movilizado», cuando habla de su disponibilidad a presentarse por Asturias.
– «a recuperar el orgullo de ser asturianos» y a trabajar unidos. Su llamamiento ha llegado después de hablar del «desprecio a muchísimos asturianos militantes del PP». Claro, que si el PP no elige a Cascos, entonces no se quiere a Asturias. ¿Quién se mueve por intereses personales? ¿Rajoy, como Cascos aseguró, o Cascos?
– «Han tomado esta decisión sin oír a sus compañeros y sin pisar Asturias ni una sola vez» haciendo referencia a que la candidata sea Isabel Pérez-Espinosa
Noticia | El País
