Aunque era de esperar, se trata de un gran revés en el proceso de integración de un nuevo Gobierno en un momento de un incremento en las muertes de civiles y mientras los soldados estadounidenses planean detener sus operaciones de combate.
Casi cinco meses después de las elecciones parlamentarias de Irak que pretendían tomar el curso de la estabilidad tras años de conflicto, sanciones e insurgencia, los iraquíes ni siquiera están cerca de saber quién será su próximo primer ministro.
El bloque Estado de la Ley de Maliki, que terminó segundo en los comicios parlamentarios del 7 de marzo, y la Alianza Nacional Iraquí (ANI), que quedó en tercer lugar, anunciaron en junio que se fusionarían bajo un nuevo nombre, la Alianza Nacional.
La nueva coalición chií cuenta con un total de 159 escaños en el Parlamento de 325 puestos y le faltan cuatro legisladores para lograr una mayoría.
Sin embargo, el cargo del primer ministro sigue siendo un obstáculo y las negociaciones de formación de Gobierno no pueden avanzar debido a la discordia por la aspiración de Maliki de tener un segundo mandato.
«Todas las partes de ANI acordaron que el obstáculo es la insistencia de nominar a Maliki», dijo el domingo a Reuters Qusay al-Suhail, alto miembro del bloque político sadrista, una de las principales facciones de ANI.
«Esta es la razón por la que demandamos una alternativa (…) La decisión de INA es unánime», aseveró.
El sábado, Ahmed Chalabi, un veterano político y miembro de ANI, dijo que la fusión chií se mantendría unida, pero dejó abierta la puerta a conversaciones con otros bloques.
Muchos políticos han dicho que la formación de un nuevo Gobierno podría ser anunciada a mediados de septiembre o más tarde. Estados Unidos tiene previsto ordenar el cese formal de sus operaciones de combate en Irak y reducir a 50.000 el número de sus soldados desplegados para el 31 de agosto.