A través de se otro de los documentos Wikileaks, que dejan al descubierto los entresijos de la Embajada de los EE.UU en nuestro país, descubrimos que para la embajada americana en Madrid, Cataluña es el punto más caliente del terrorismo islámico radical en España. Es más, algunos documentos no solo hablan de Cataluña como el punto más conflictivo del terrorismo islamista a nivel español, sino a nivel europeo, en cuanto a zona mediterránea. Que Cataluña se haya convertido en un paraíso yihadista responde a los motivos fundamentales de una arraigada implantación de inmigrantes pakistaníes y marroquíes.
Es más, se ha creado un centro de investigación del terrorismo procedente de la Yihad en pleno centro de Barcelona, porque es allí, según recogen estos documentos donde se registra una mayor posibilidad de reclutar nuevos aliados a la causa de la Yihad. Todo un secreto, muy bien guardado, en colaboración con el gobierno español, cuya argumentación para crearlo se recoge en 8 folios de informe que pueden ser resumidos al siguiente modo:
«La alta inmigración, legal como ilegal, desde el Norte de África (Marruecos, Túnez y Argelia), así como de Pakistán y Bangladesh hace de esta región un imán para reclutar terroristas. La Policía Nacional estima que hay unos 60.000 paquistaníes viviendo en Barcelona y alrededores, la mayoría hombres, solteros, sin documentación. También numerosos inmigrantes del Norte de África. Viven al margen de la sociedad española, no hablan la lengua, a menudo están desempleados y tienen pocos lugares para practicar su religión con dignidad. Individualmente, estas circunstancias proporcionan un terreno fértil para el reclutamiento de terroristas. Todo unido hace que la amenaza sea clara….Cataluña se ha convertido en la primera base de operaciones para la actividad terrorista»
Lo cierto es que los documentos que califican a Cataluña como un paraíso yihadista ponen los pelos de punta. Pensar, que dentro de nuestras propias fronteras se están llevando a cabo este tipo de acciones de terrorismo a nivel internacional, con un perfil tan radical y tan antetodo lo que es culturalmente nuestro, es por lo menos preocupante.
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