Bildu también es ETA

Parece que cada nueva cita electoral se convierte para el entorno de ETA en un intento de colarse en las instituciones. Con la banda en horas bajas y previa tregua, en este caso lo denominan alto el fuego indefinido, presentan marcas afines cuya retórica no impide que se transparente su compromiso y conexiones con la organización terrorista. De hecho, el Tribunal Supremo ha ilegalizado Sortu, la primera de las formaciones con las que pretendían concurrir a las elecciones municipales de mayo. Queda por ver que pasará con Bildu, el Plan B de Batasuna/ETA, cuyas 300 listas serán impugnadas si el Gobierno atiende a la petición del Partido Popular.

La intención de esta solicitud es garantizar la ausencia en las instituciones de quienes no creen en la democracia como instrumento para hacer política. Porque ETA y sus ramificaciones utilizan las instituciones con el único afán de conseguir financiación e información, sin renunciar a la violencia que en este país ha causado ya más de 800 muertes. Con su presencia en las instituciones, los terroristas consiguen poder para sumar a la infraestructura terrorista. Tenemos ejemplos no muy alejados en el tiempo. En 2007, Acción Nacionalista Vasca (ANV) consiguió grupos municipales en 125 ayuntamientos que fueron disueltos dos años después tras su ilegalización.

La ambigüedad con la que Bildu y Sortu se refieren a las acciones de ETA obliga a permanecer alerta para asegurar que los terroristas quedan fuera de los ayuntamientos. Hace falta la desaparición de la banda armada para que la opción política que la sustenta pueda defender sus intereses como cualquier otro partido político. Es necesario que la llamada izquierda abertzale demuestre que las treguas sirven para algo más que ponerse el disfraz de demócratas y dar margen a ETA para su rearme. Todos los partidos, en el Gobierno y en la oposición, debemos ser firmes en esta exigencia. Se lo debemos a las víctimas, pero sobre todo a quienes todavía viven amenazados, con miedo, en el único país de Europa con un grupo terrorista en activo.