Barroso dice que diferencias culturales frenan la adhesión turca

La solicitud de Turquía de unirse al bloque de 27 naciones se ha encontrado con la resistencia europea durante años debido a violaciones de los derechos humanos y fricciones con Chipre, un miembro de la UE que Turquía no reconoce.

Barroso dijo a estudiantes de la Universidad de Columbia que había habido «acontecimientos tanto en la opinión pública en Turquía como en algunos de nuestros estados miembros» que estaban dificultando el progreso de la integración de Turquía en la UE.

«Hoy existen en los estados miembros de la UE (…) grandes interrogantes sobre la integración de Turquía debido a diferencias culturales y eso es algo que es extremadamente serio», expresó Barroso.

«Estamos discutiendo el asunto con nuestros estados miembros», agregó.

Si es admitida, Turquía sería el único país mayoritariamente musulmán en la UE, y uno de los más grandes en cuanto a población. Otros países que tienen solicitudes pendientes son Albania, Serbia, Bosnia Herzegovina, Macedonia y Montenegro.

Barroso dijo que se reuniría con el presidente turco, Abdula Gul durante su estancia en Nueva York para la Asamblea General de las Naciones Unidas.

«Turquía reconoce que no se han cumplido todos los criterios: este es el primer problema», expresó Barroso.

«La Comisión Europea está a favor de agrandar la UE, pero tenemos que ver que todos los miembros cumplan con los criterios», agregó.

Una creciente oposición a la inmigración en algunos países de la UE también ha dañado la candidatura de Turquía, que ha sido una de las mayores fuentes de inmigración a Europa.

El domingo, los votantes suecos dieron suficiente apoyo a un partido antiinmigración para que entrara en el Parlamento. En otros países como Dinamarca y Holanda, los partidos de derecha que se oponen a la inmigración también han ganado apoyos en los últimos años.

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