El debate lleva unos cuantos días servido en la red. Y las opiniones son para todos los gustos. Sin embargo, las, como ya nos tiene acostumbrados, poco políticamente correctas declaraciones de Pons le han dado aún más a este nuevo capítulo de Amaiur, Batasuna y ETA en el gobierno. Y aunque he de decir que soy la primera en estar en contra de que Amaiur esté en el Congreso, en el Senado, en los ayuntamientos o en cualquier otro órgano gubernamental, ante todo pongo la democracia. Y democráticamente, los ciudadanos han decido ponerla allí. Por tanto, si ahora al PP no le gusta, que tome las medidas necesarias por la vía judicial, pero que en el Congreso respete las reglas de la democracia, que son iguales para todos, teorías de Pons sobre la desigualdad aparte.
Y es que si a UPyD en la misma situación de Amaiur, se le da grupo propio y se discrimina a la segunda, en realidad el PP estaría cayendo gravemente en un abuso de poder por su mayoría absoluta. Por tanto, o es grupo para ambos, o ambos se quedan sin grupo. Ambos son partidos avalados por los votos, y que concurrieron a las urnas de forma legal. Me guste a mí, al PP o al mismo Rey.
Al final, lógicamente, con cuatro años por delante los del PP harán los que le venga en gana, y ya Amaiur está preparada para llevarlo por la vía judicial, porque al final acabará ganando la batalla, ya que si UPyD en la misma situación obtiene el grupo propio y se sienta un precedente, pocos jueces en su sano juicio serían capaces de negárselo al grupo vasco.
Y es que la lección que nos debería dar el PP en este caso sería que en democracia hay cosas que nos pueden gustar más o menos, pero las reglas no las escriben los partidos, si no que están ya escritas. Pero váyanle a explicar eso a los que obstentan el poder después de años y encima con mayoría absoluta.
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