Lo del impuesto del patrimonio es una vuelta de hoja que parece no querer frenarse más. Al menos en filas socialistas. Y es que entre quitarlo y ponerlo el patio no se aclara. Y las razones, las mismas de siempre. Primero eran otros tiempos, aunque no sé que tiempos, porque como no sea que Grecia está a puntito de irse al traste, yo no encuentro diferencia alguna. Bueno sí. Sumar puntos de popularidad entre una masa que parecía estar más aborricada que otra cosa.
Ahora el PSOE nos anuncia que el próximo viernes lo vuelven a poner. Eso sí, con limitaciones para que no afecte a las clases medias. Ya saben, contarnos un cuento, porque luego ya se sabe que en este país quien tiene casa y trabajo es rico, y quedar bien ante los mercados internacionales.
Pero bueno entre tanto revuelo, el PSOE le hace yo diría que los más grandes favores al PP. Porque cuando los populares suban al poder, ya no tendrán más que decirle a la gente el desastre que han hecho los socialistas, y dedicarse a esperar y a recortar en política. Todas las reformas que provocan en un país normal huelgas, protestas y todo tipo de malestar ciudadano, ya las hemos pasado en España en silencio. Gracias a nuestros maravillosos sindicatos. Al menos, han tenido a los borregos en casa. Para que no cogiésemos frío
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