España. Uno de los grandes países europeos (al menos en extensión). Esa España que va a la cola en paro. Un paro que alcanza el 20%, lo que se traduce en más de 4 millones de personas sin empleo. Sin embargo, si para una persona mayor de 30-35 la situación es difícil, para un joven, lo es todavía mucho más.
Casi un 40% es la cifra de paro juvenil. O sea, que casi la mitad de los jóvenes que quieren trabajar no pueden hacerlo en España. Entonces ¿qué les queda? Porque el problema es además, que muchos de los que están en paro, están más que formados para entrar en el mercado laboral.
Los contratos en prácticas, con condiciones precarias que se alargan a la eternidad y un país con un crecimiento económico escaso comienzan a hacer pensar que no queda mucha más opción que salir. Salir de una España que no es atractiva para el futuro de los jóvenes. Buscarse la vida en Europa, dónde las cifras de empleo son mucho más alentadoras, y que con la experiencia de programas como Eramus hacen mucho más sencilla la decisión de marcharse.
Volveremos a aquellos tiempos en los que un futuro mejor pasaba por abandonar el país. Eso parece que sucederá si no se toman medidas que ayuden a la creación de más empleo y ayuden a los jóvenes a hacerse independientes. Si no, el problema del envejecimiento de la población será mucho peor. Y entonces a ver que hacemos.
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