Zapatero es optimista. Mucho. Demasiado. El optimismo no tiene que ser a priori algo negativo o perjudicial. Siempre y cuando no se mezcle con falta de realismo. Y eso es precisamente lo que le pasa al presidente del Gobierno, que su optimismo no le deja ver, comprender y analizar la realidad que tiene ante sus ojos. La realidad que vivimos, sufrimos y padecemos los ciudadanos de España.
Solo así se entiende que José Luis Rodríguez Zapatero haya afirmado que a lo largo de este año 2011 habrá más oportunidades de encontrar empleo y que, como el paro ha bajado durante el pasado mes de diciembre, eso es un buen dato. Lo que yo decía, viva el optimismo.
Pero parece que el presidente del Gobierno se fija solo en el dato de diciembre y no en el general de todo el año. Y se olvida también de que en nuestro país hay 4.100.073 parados. Cuatro millones de familias que lo están pasando francamente mal. Y eso no es precisamente un dato positivo ni que invite al optimismo.
Sobre las previsiones para 2011, viendo tal y como están las cosas ahora mismo, resulta difícil creer que en este mismo año se vaya a crear demasiado empleo en España. Estas declaraciones del presidente del Gobierno suenan a premonición, a frase de adivino barato y falso. ¿En qué se basa Zapatero para estar tan seguro? ¿Cómo se puede saber cuándo va a comenzar la recuperación económica de nuestro país si nadie fue capaz de adivinar ni vaticinar cuándo iba a comenzar el declive, la caída hacia la crisis? Si alguien tiene la respuesta a esta pregunta del millón, por favor, que lo diga. O quizá deberíamos preguntarle a Zapatero, para que consulte su bola de cristal y nos lo diga.
Fuente | El Mundo
