Me encuentro de frente a una entrevista a Juan Carlos Rodríguez Ibarra en El País y no puedo más que estar totalmente de acuerdo. La premisa es esta: si Zapatero hubiese renunciado en 2010, el PSOE aún disfrutaría a día de hoy de credibilidad, la cual ha perdido hasta cotas inimaginables.
Y tiene toda la razón. Al PSOE le quedan bastantes años en la oposición. Y todo es por culpa de Zapatero. Por culpa de ZP y de su modo de hacer política. La pérdida de la autocrítica y la falta de atencion al votante, al que nadie le había contado que votar a ZP sería peor que votar a la derecha, han abierto la brecha.
Desde mayo de 2010, cuando las cosas se pusieron serias, y todas las reformas que se debían estudiar iban contra todos los principios de ZP, Zapatero habría tenido dos opciones renunciar y poner a otro, porque eso no era lo que el le había prometido a sus votantes, o al menos, haber explicado lo que se estaba haciendo y su porque. No suponer que la gente debe entender.
Así, con un PSOE que hace lo que el PP pero mal, y cuando los españoles votaron habían pensado un nuevo futuro, ahora el PP se ve como ganador, pero ya no por mérito, si no por desmérito del contrario. Y toda la culpa la ha tenido Zapatero.
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