Y resulta que no eran los pepinos

Lo dicho ayer, lo desdigo hoy. Se dice que es de sabios reflexionar y cambiar de idea. Hablo precisamente de la crisis de los pepinos, esa que nos está produciendo consecuencias inestimables, de las que además, no hemos tenido ni el más mínimo de culpa. Resulta que la dichosa bacteria, la que causa en muchos casos la muerte, no tiene su origen en los pepinos españoles, pero la alarma ya está dada, y el veto, aunque no de forma oficial, está puesto. Nadie quiere saber nada de las hortalizas de España, y ahora Europa mira a otros mercados para importar lo que necesita, aunque realmente no sean nuestros pepinos los que están infectados. Si bien por ahora, Europa aún no ha dado respuesta a las ayudas, sabemos que la red se ha movilizado en contra de Merkel, que se saltó todas las reglas y acusó a España injustamente