Era lo lógico. Lo que cabía esperarse. El movimiento nacido en las redes sociales en el que se aglutinan las diferentes iniciativas que piden como sea un cambio político, y un interés de estos por hacer lo que deben, y no negocios propios, que ha visto convertido en símbolo a El Sol en Madrid, continuará, al menos una semana más. Porque todavía no hay nada dicho. Y todavía no hay nada hecho. Se trata de seguir concienciando. De seguir mostrándole a la clase política, que somos los ciudadanos los que mandamos.