Un mal final para Helen

Un mal final para una brillante carrera profesional es siempre lamentable. Le ha ocurrido a Helen Thomas, la decana de los corresponsales en la Casa Blanca, la periodista a quien desde hace décadas los presidentes le concedían la primera pregunta en las ruedas de prensa.Tenía reservada la silla central de la primera fila en la angosta sala de prensa de la mansión presidencial, en el 1600 de la Pennsylvania Avenue. Y era la única con su nombre en el respaldo. Todo un privilegio para esta periodista de 89 años que formaba parte del paisaje periodístico y político de la capital norteamericana.Un comentario de Helen sobre Israel grabado en vídeo y profusamente difundido por internet ha puesto punto final a su carrera. Thomas, que se inició como corresponsal para la Casa Blanca con la mítica agencia UPI en enero de 1961, cubriendo desde el inicio la presidencia de John F. Kennedy, afirmó que los judíos deben «largarse de una puñetera vez de Palestina.»Y adónde le preguntó su interlocutor, curiosamente un rabino que participaba en una ceremonia en la Casa Blanca. Thomas, torpemente, redondeó la jugada: «A su casa, a Alemania, a Polonia, a Estados Unidos.» El horno no está para bollos y menos en EE UU donde el lobby judío es muy poderoso.El jefe de prensa de Obama inmediatamente reaccionó calificando los sucedido como «indefendible» condenando a la periodista. Lo mismo hicieron ayer mismo, en una nota sangrante, sus compañeros de la asociación de corresponsales de la Casa Blanca, poniendo en duda que Helen fuera uno de los suyos: desde hace unos años escribía columnas de opinión para Hearst Newspapers, pero por su trayectoria se le mantenía su silla, en el que nadie osaba sentarse si ella alguna mañana, lo que era muy raro, no acudía a la sala de prensa.Desde  la presidencia de George W. Bush, Thomas se había convertido en un icono liberal, por su marcaje al presidente con preguntas cargadas de opinión y sus acerbas críticas a a la invasión de Irak y al apoyo sin fisuras de EE UU al estado de Israel, y su defensa de los palestinos. Demasiado para Washington D.C.Ya anoche , la ideologizada televisión Fox la tachó de representante de Hamas en la Casa Blanca. Conocí a Helen en mi época de corresponsal en Washington en los años 80. Viajé con ella y el presidente Reagan en bastantes ocasiones. Siempre ayudaba a los periodistas más jóvenes y carecía de la arrogancia de muchos de sus colegas que miraban a la prensa extranjera por encima del hombro.Era un pozo de sabiduría sobre la presidencia. Escribió varios libros que ayudan a entender mejor la siempre difícil relación entre los presidentes y la prensa . Formulaba las preguntas más incisivas. Lo suyo era la información pura y dura.El lunes anunció que cerraba su carrera periodística, dimitía antes de que la pusieran en la calle. El prestigioso instituto de enseñanza media Walt Whitman, en Bethesda (Maryland), que le había invitado como oradora dentro de unos días al acto de graduación, le retiró la invitación porque no quería ofender a la comunidad judía.Helen Thomas cumplirá 90 años en agosto. Quizás arrastró demasiado al límite su profesión y debió retirarse a tiempo. Pero no sabía hacer otra cosa, desde hace 50 años, que llegar cada mañana al  mediodía a la Casa Blanca, abrir su bloc de notas alargado, preguntar con humildad y luego contarlo inmediatamente con precisión.Fue una de las mejores, un ejemplo para esta profesión. Helen, una leyenda de la información, ha caído por una opinión.

Fuente de la noticia