Un sesgado e incompleto, por favor

imparcial, política, ideología, objetivo, neutral

Televisión Española se ha visto obligada a retirar de su página web un capítulo del programa Españoles por el mundo sobre Jerusalén después de que la Defensora del Espectador de la propia RTVE recibiese 170 reclamaciones acusando a este capítulo era incompleto y sesgado políticamente. La mayoría de estas 170 denuncias presentadas por los espectadores se referían a la falta de opiniones sobre el conflicto palestino-israelí en este programa.

Por una parte, hay que recordar que este programa no es de actualidad política, sino de entretenimiento. Aun así, por una parte resulta positivo que los espectadores reclamen debate, análisis e información completa y no sesgada en los medios de comunicación, en este caso en la televisión pública. Pero, por otra parte, también destaca la actitud ilusa de esos mismos espectadores.

En las facultades de Periodismo, al menos en la que estudié yo e imagino que en todas, se enseña qué es la objetividad y se anima a los estudiantes y futuros periodistas a se objetivos, imparciales, neutrales, contrastar la información, hablar con distintas fuentes, etc. Sin embargo, eso está muy bien durante la carrera, en las clases, en las aulas, pero todo eso desaparece cuando se llega al mundo real, a la calle, a las redacciones.

Nos guste o no, hoy en día los medios de comunicación no son nada de eso, sino precisamente todo lo contrario. Son parciales, subjetivos. ¿Y por qué? Porque detrás de todos ellos, sin excepción, detrás de todas las radios, televisiones, periódicos, revistas hay partidos políticos, empresas o, como minímo, anunciantes que sesgan la información y que marcan la línea editorial de esos medios de comunicación.

Podrá parecernos más o menos triste, pero eso es lo que hay. Y no querer verlo y no querer admitirlo es negar la realidad y querer cambiarla, cosa muy difícil tal y como están las cosas. Todos sabemos de qué pie cojea cada medio de comunicación, cada vez más ponen las cartas sobre la mesa, no ocultan su política y su ideología y eso les honra. Lo demás corre de nuestra cuenta. Somos libres de escoger qué queremos que nos cuenten los medios de comunicación porque creo que a estas alturas nadie duda de  que la historia cambia mucho según quién nos la cuente.

Fuente | El País