Tras la caída de Túnez y Egipto, y los conflictos que se han sucedido en Bahreim, Arabia e irán entre otros, lo cierto es que Siria ha sido quizás el que más ha insistido. El que sigue todavía hoy insistiendo. Y que seguramente no parará hasta ver fuera de su gobierno al que es su presidente, uno de los históricos que los europeos y americanos hemos apoyado como a Gadafi en una irónica maniobra de mirar para otro lado, mientras todo nos iba bien.
Pero lo que ocurre en Siria es que la población no se rinde. Cada día los titulares los conforman muertos y heridos que se suceden en las múltiples manifestaciones. Y claro, ahora llega la pregunta del millón, ¿por qué Libia si y Siria no? Y de neuvo la respuesta es la ironía europea con un facto clave Gadafi. Si Gadafi hubiese actuado de otro modo, quizás y solo quizás no hubiésemos intervenido, pero el orgullo y la prepotencia pudieron con el, y su revolución verde le llevó a enfrentarse al mundo. Ese fue el factor clave, peor no hay que olvidarse de donde está Libia situada en el mapa, ni por supuesto del petróleo. Unidlos y obtendréis la ironía del mundo Occidental aplicada al norte de África.