Sarkozy promete continuar con las repatriaciones de gitanos

Sarkozy, que afronta protestas masivas en los próximos días sobre sus medidas de seguridad y la reforma de las pensiones, parece cada vez más enfrentado con los suyos ya que el primer ministro, François Fillon, y el ministro de Exteriores, Bernard Kouchner, expresaron su discrepancia.

El desmantelamiento de campamentos ilegales y la repatriación de gitanos ha recibido muchas críticas de la oposición de izquierdas, miembros de la Iglesia católica y grupos de derechos humanos, entre los que destaca el organismo de derechos humanos de las Naciones Unidas.

En una reunión con cinco agentes de policía heridos en cumplimiento de su deber, Sarkozy prometió continuar llevando a cabo el resto de su paquete de seguridad, como la retirada de la nacionalidad francesa a inmigrantes condenados por ataques a la policía.

«El presidente (…) expresó su compromiso inquebrantable de aplicar estas propuestas en las próximas semanas», dijo el Palacio del Elíseo en un comunicado tras la reunión.

Los críticos califican la represión de Sarkozy – que las encuestas sugieren que puede ser popular entre los votantes conservadores – como una estratagema para mejorar su popularidad antes de las elecciones de 2012 y desviar la atención de los impopulares planes para elevar la edad de jubilación y recortar el gasto público.

Mientras se acerca una remodelación del Gobierno en octubre y Sarkozy tiene en mente las elecciones de 2012, varios ministros se han distanciado del presidente.

El primer ministro, cuya popularidad está muy por encima de la de Sarkozy en las encuestas de opinión, dijo que lamentaba el modo en que se había gestionado la iniciativa contra la delincuencia.

«Hay diferencias, naturalmente, las hay en nuestras personalidades», declaró Fillon a la cadena de radio France Inter el lunes, criticando a compañeros del Gobierno como el ministro del Interior, Brice Hortefeux, por pasarse de la raya.

También la secretaria de Estado a cargo de la política de la ciudad Fadela Amara, de origen musulmán, se mostró en contra de las expulsiones, asegurando estar «conmocionada por las expulsiones de gitanos» y rechazando la vinculación entre inmigración e inseguridad.

REPATRIACIONES VOLUNTARIAS

Francia ha expulsado más de 8.300 gitanos este año en lo que denomina repatriaciones voluntarias, pero los grupos de defensa de los derechos humanos las califican de expulsiones forzosas. Los que acceden a marcharse reciben 300 euros y otros 100 por cada hijo.

Las declaraciones de Fillon se producen al día siguiente de que el titular de Defensa, Hervé Morin, dijera que estaba mal comparar inmigración y delincuencia. El ministro de Exteriores, uno de los que se prevé que no continúe, dijo que había considerado dimitir.

Mientras que cientos de franceses se prevé que tomen las calles el sábado para protestar contra las medidas de seguridad y de nuevo el martes por una huelga por la reforma de pensiones, la oposición socialista dice que Sarkozy afronta una revuelta.

«Estamos afrontando una crisis institucional», dijo la política francesa Ségolène Royal, que perdió las elecciones presidenciales de 2007 contra Sarkozy.

Algunos miembros del gobernante UMP cerraron filas en torno a Sarkozy, cuya retórica de hacer cumplir con firmeza le ley y el orden le ayudó a ganar.

«En nuestro campo, no nos gustan las divisiones, no nos gustan los francotiradores, o aquellos que juegan contra su propio equipo», declaró el secretario general de UMP Xavier Bertrand, indicando que ninguno de los ministros había dimitido.

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