En tiempos de elecciones ya se sabe que los discursos radicales no llevan a ningún lado. Sin embargo, en estos momentos ningún discursos viene vacío y las interpretaciones se abren a ambos lados. En el caso de Rubalcaba . me ha dado la impresión de que no quiere poner la brújula marcando una dirección concreta, más que nada porque no se lo puede permitir tras tantos errores. Así, más vale ser precavido, y empezar por buscar el consenso, en este caso entre las fuerzas sociales y la patronal.
Claro que la teoría puede ser muy bonita, el punto fundamental es como llevarla a la práctica. ¿Cómo hacer en tiempos de crisis para que las empresas renuncien a beneficios y los empleados a sueldos sin protestar? Evidentemente no es fácil. Es más diría que es casi una causa perdida. Si no fuese porque en el discurso queda perfecta. Pero ya se ha demostrado que de discursos, España, no vive. En fin, saquen sus propias conclusiones, que yo las mías ya me las he hecho, y no quiero errores repetidos.
Noticia | El País