Rubalcaba sabe, que como candidato a las próximas elecciones le quedan pocas posibilidades. Más aún, cuando la política socialista ha fracasado en su más amplio modo, y luego las reformas más propias del PP son las que han conseguido salvar al país.
Así, Rubalcaba se encuentra entre la razón y el corazón, entre la razón que le dice que el puede tomar el relevo del PSOE y ganar las elecciones siguiendo las reformas planteadas hasta ahora por el socialismo al más puro estilo del PP. Pero por otro lado, un socialista convencido como Rubalcaba, sabe que lo que el querría hacer en estos momentos no se puede, porque sería llevar a España a la bancarrota.
Y precisamente esta división de Rubalcaba entre la razón y el corazón es la que le ha llevado a mantenerse aún en el ejecutivo sin renunciar a su cargo de videpresidente. Un cargo que le ayuda a entender todo lo que sucede dentro del gobierno. Pero esto no es suficiente, porque Rubalcaba sabe, que primero será difícil encontrar el voto de una ciudadanía más que desencantada, y luego porque aunque el la podría encantar de nuevo, la situación económica y social no se lo permite.