El escándalo de los gastos abusivos de los parlamentarios británicos que tantos quebraderos de cabeza dio al Gobierno laborista durante la pasada legislatura sigue causando estragos en Westminster. El secretario del Tesoro, número dos del Ministerio de Hacienda, presentó ayer su dimisión después de que se difundiera que había pasado gastos de alquiler en dos propiedades de su pareja a las arcas públicas.