Alianzas «contra natura», guerra sucia electoral, caciquismo, injerencia de los poderes públicos. Los comicios regionales que hoy se celebran en 14 de los 31 estados mexicanos han contado con los ingredientes habituales en este tipo de citas. Pero, para la ocasión, hay que añadir la presencia a cara descubierta del crimen organizado y de la narcopolítica.