Las mociones políticas sobre la prohibición del burka y el niqab se van extendiendo como una mancha de aceite por los ayuntamientos catalanes. Frente a los partidos que propugnan su veto absoluto, incluso en la calle, como el PP, la mayoría, como Convergència i Unió (CiU) y en ocasiones los del tripartito de izquierda abogan por impedir su uso en los espacios de propiedad municipal.