Elevando la presión antes de los paros generales de la próxima semana, François Chereque, jefe del poderoso sindicato CFDT, dijo que el ministro de Trabajo, Eric Woerth, no debería ser el ministro que lidere la mayor reforma de los cinco años en el cargo del presidente Nicolas Sarkozy.
«Ya no es posible trabajar con Eric Woerth», dijo Chereque a la emisora Europe 1. «El problema de Eric Woerth está comenzando a eclipsar el problema real, la reforma».
Woerth se ha visto acosado durante meses por las informaciones sobre la trama que rodea a la fortuna de la mujer más rica de Francia, Liliane Bettencourt, y la financiación del partido político de Sarkozy.
Woerth, que recientemente dimitió como tesorero de la UMP, reconoció públicamente que había intervenido para ayudar al gestor de la riqueza de Bettencourt a recibir la prestigiosa Legión de Honor francesa.
El ministro despreció los ataques del viernes, diciendo en un congreso empresarial cerca de París que estaba implicado al «120 por ciento» en la reforma de las pensiones. Su papel es principalmente guiar la legislación para su aprobación en el Parlamento antes de finales de octubre.
«Obviamente estoy totalmente centrado en la reforma de las pensiones y lo he estado desde el pasado abril, y no hay razón por la que debería cambiar», dijo el ministro.
UN OJO EN LAS ELECCIONES
Sarkozy tiene un ojo en las elecciones de la primera mitad de 2012 y se espera que remodele su equipo a finales de octubre.
A medida que Francia se prepara para protestas y huelgas en todo el país por los planes gubernamentales de elevar la edad de jubilación hasta los 62 años desde los 60 actuales, Woerth se ha visto sometido a una creciente presión de los políticos de la oposición y ahora de los sindicatos.
Los miembros del partido socialista renovaron sus ataques el viernes, días antes de que Woerth tenga que defender el borrador de la reforma de las pensiones en el Parlamento.
«La posición de Eric Woerth ya no es justificable», dijo François Hollande, parlamentario que dirigió en el pasado su partido. «Es imposible defender su caso y la reforma», añadió.
Los líderes de los dos principales sindicatos del país, el CGT y CFDT, se han mantenido relativamente al margen del escándalo Bettencourt y de la implicación de Woerth, pero el tono ha cambiado drásticamente.
Chereque, del sindicato CFDT, unió fuerzas con el líder sindical de la CGT, Bernard Thibault, para cuestionar la capacidad de Woerth para representar al Gobierno en la reforma de las pensiones, en una entrevista publicada el viernes.
Los sindicatos que han convocado la huelga del 7 de septiembre – que dicen que interrumpirá desde el transporte público y los colegios a las telecomunicaciones – dicen que la oferta gubernamental para relajar las normas para los trabajadores que realizan labores difíciles o que comenzaron a trabajar jóvenes no es suficiente.