Para los que se habían pensado que 2 mandatos consecutivos del PSOE habían sellado casi con sangre la relación entre el partido y los sindicatos, puede que se hayan equivocado. Las últimas declaraciones de los jefes de los que dicen defender a los trabajadores son claras. Ya no quieren a los socialistas. Desde ayer en Rodezno donde las críticas no faltaron, pasando porque consideran que el partido se contradice al apoyar la reforma constitucional se ha abierto una brecha entre unos y otros. Pero no se preocupen, que esto no es una guerra abierta, si no algo así como la Guerra Fría, pero con reuniones y cenas secretas.
Los sindicatos dejan solo al PSOE de palabra. Y digo de palabra, porque la única razón aparente para hacerlo ahora ha sido la ya más que debatida Reforma Constitucional, que supone no otra cosa si no que los sindicatos empiecen a trabajar, y se subvencionen con las cuotas de sus afiliados, y se dejen de ser chupópteros. Y que te aprieten el cinturón no gusta. Ahora bien, poniéndose en contra del PSOE, y con los indignados que no hacen si no darle palos ¿qué les queda a los líderes sindicalistas? Pues solo IU. Y claro, con IU tal y como quedaron las cosas en las elecciones, no creo que les baste para llenar el bote. Así, por si acaso, critican a los socialistas hasta donde les parece, pero de huelgas por los desempleados pocas. No vaya a ser que los del paro se lancen en masa a votar al PP.
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