La verdad es que no sé muy bien porque me sigo sorprendiendo. Al fin y al cabo, aquel dicho de «no le pidas peras al olmo» me es un viejo conocido. Pero me resisto a pensar que estemos gobernados por olmos. Sin embargo, cada día, con cada acontecimiento nos demuestran justo que el dicho tiene toda la razón. La última ha sido por goleada, porque en el discurso del balance de final de 2012 de Rajoy, las hemos escuchado dispares. Y aunque he de reconocer que como buena gallega ese discurso de decir sin mojarse me gusta retóricamente, en tiempos de crisis me parece que habría que prescindir más de retórica y apostar más por resultados.
Y precisamente resultados resultados, el señor presidente de España no ha podido presentar ninguno. ¿El porqué? Muy simple. El número de parados en alza, los recortes sociales incendiando la calle, la privatización de lo público en el ojo de todos, los intereses por la deuda que nos costarán más que las prestaciones por desempleo, y la bolsa que se cae a causa de Bankia, que tiene un gran agujero.
Pero eso no es menos de lo que no supiésemos ya. Al fin y al cabo es más de lo mismo. Sin embargo, lo que ya no es tan lo mismo son esas dudas que nos ha generado Rajoy diciendo que «no tiene intención de en 2013», o que «pretende hacer en 2014». Ya nos conocemos las dudas y pretensiones del presidente todos… Y encima justifica todo lo que ha hecho, porque si no España se hubiera arruinado. Ahh, perdone usted, porque pensé que España éramos los españoles, pero debe ser que era otra cosa. Y aquí la menda no se entera. En fin… ¡Qué país!