Parece que los discursos de Zapatero solo viven de promesas. Promesas que en ciertos momentos pueden tener un tirón, y hacer crecer la confianza del electorado, pero cuando, una tras otra, se van incumpliendo, entonces el electorado también se da cuenta de que se le está tomando el pelo. Y es que el señor Zapatero, con su nuevo lema de reformas y más reformas como sea, parecía haber encandilado a los pocos que ya quedaban dentro de su filas, pero ciertamente, la realidad es más bien otra.
Y es que si dejamos al mundo en el que vive Zapatero, y nos trasladamos a la España real, nos encontramos con que el señor presidente ha prometido un total de 18 leyes, casi todas relaciones de algún modo con la recuperación de la economía. Las promesas de esas 18 leyes se remontan a diciembre de 2010 las más antiguas, y a este mismo mes, las más nuevas. Llegando casi a final de mes, y a la recta final del plazo autoimpuesto, el Consejo de Ministros ha aprobado solo 6, o sea, ni la mitad. Y es que ahora, ya lo de necesitamos tiempo no nos sirve a los votantes, con las eternas promesas de Zapatero, el vive muy bien, pero España, se hunde.
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