La ultraderecha podría ir al Parlamento en las elecciones suecas

La mayoría de las encuestas indican que la Alliance de Reinfeldt va a ganar por poco los suficientes votos como para formar un gobierno de mayoría, pero la fuerza de los antiinmigrantes Demócratas de Suecia puede suponer un peligro.

Un gobierno en minoría implicaría una caída de la corona sueca y un aumento de la deuda, dicen los analistas, pero se espera que la volatilidad sea breve debido a las reglas claras sobre el gasto público y unas finanzas públicas fuertes.

«Creo que más o menos me atrevo a decir que parece un hecho consumado que el Gobierno ganará al bloque de la izquierda, según las últimas encuestas, y la cuestión principal es si conseguirán la mayoría», dijo Carl Hammer, jefe de estrategia de SEB.

La Alianza ha prometido más rebajas de impuestos si lo permiten las finanzas en un país que se ha beneficiado de una de las recuperaciones económicas más fuertes de Europa y una de las finanzas públicas más saneadas de la Unión Europea. Reinfeldt también quieren deshacerse de más activos del Estado.

Los socialdemócratas, el principal partido del bloque opositor de centroizquierda y que han gobernado el país la mayor parte del tiempo desde la Segunda Guerra Mundial, afrontan su peor resultado electoral en casi 100 años.

La campaña electoral ha estado centrada en los recortes de beneficios y de impuestos diseñados por el ministro de Finanzas, Anders Borg, frente a las promesas del centroizquierda de impulsar el gasto social, aunque la perspectiva de un avance de la ultraderecha ha centrado el interés en los últimos días.

«Conocemos este tipo de partidos populistas», dijo Reinfeldt, cuyo Partido Moderado es el mayor de la coalición formada con el Partido Liberal, el Partido de Centro y los Democratacristianos, sobre los Demócratas de Suecia en una entrevista con Reuters esta semana.

«Sólo piensan en ellos mismos. Su único objetivo es que se les vea en los medios. Desestabilizarán y votarán en contra todo lo posible sólo para salir en los medios».

POLÉMICA

El líder de los Demócratas de Suecia Jimmie Akesson, que negó que su partido fuera racista, tuvo que esforzarse mucho para hacerse oír por encima de una ruidosa protesta con silbatos y vuvuzelas cuando celebraba un mitin bajo una fuerte protección policial el jueves en el centro de Estocolmo.

«Es extraordinariamente importante que paremos a los Demócratas de Suecia», dijo Karin Wallmark, una de las manifestantes y candidata en los comicios locales de un pequeño partido de izquierdas.

«Creo que los partidos establecidos adoptarán cada vez más su racismo (si los Demócratas de Suecia logran escaños en el parlamento)».

Para muchos suecos, los avances de la extrema derecha le retrotrae a la década de los 90, cuando el populista y antiinmigrante partido Nueva Democracia desestabilizó un gobierno de centro derecho que luchaba contra un profunda crisis financiera nacional.

Sin embargo, el cada vez mayor apoyo a los Demócratas de Suecia – un sondeo reciente señalaba que se convertía en el tercer mayor partido del parlamento – refleja la evolución en países como Dinamarca y Francia, donde los partidos antiinmigrantes son cada vez más fuertes.

«Todo el mundo descarta una cooperación (con ellos), pero realmente nunca es así», dijo el profesor Mikael Gilljam de la Universidad de Gotenburgo. «Cuando un partido como éste entra en el parlamento los otros partidos cooperan con él. Ese ha sido el caso en todos los países excepto en Bélgica».

Fuente de la noticia