Cuando mandaba Alfonso Guerra ordenaba a los cargos públicos que veranearan con la señora, botijos y un pañuelo de cuatro nudos en la cabeza. Los desplazamientos estivales disminuyen la actividad y es un ahorro que ciertos negocios cierren temporalmente, pero nunca entenderé por qué los políticos tienen que vacacionar como en un calendario escolar.