La noche del 28 de noviembre

Las expectativas electorales apuntan claramente a que la primera fuerza política catalana será la abstención. Alrededor de la mitad de los catalanes con derecho a voto no piensan, por ahora, ejercerlo. A ellos deberíamos sumar el 15% de los residentes en Cataluña, de origen inmigrante, que no pueden hacerlo. Esa gran masa de abstencionistas potenciales alimenta en estos momentos grandes esperanzas y grandes temores.

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