Hoy les quiero contar una historia, que ya me ha parecido el colmo de la ineptitud, de la ineficacia y de la caradura de algunos funcionarios que trabajan como Guardias Cíviles en tráfico. Sé por fuentes internas, y aunque esto jamás se publica, que todos estos funcionarios tienen por norma que hacer cierta cantidad de multas al mes. Aunque estas sean por la chorrada más grande del mundo. no importa. Hay que echar firmas y llenar la caja. Hasta ahí, podría pasar como se dice por el aro. Pero cuando veo como ellos mismos, esos que te paran una hora para comprobar todos los documentos del vehículo, que ponen los radares en las rectas olvidándose de los puntos negros, o que se colocan en los puntos estratégicos de la movida para hacer una buena recolección el fin de semana, se saltan todas las normas, entonces es cuando me pregunto ¿de qué va todo esto?
Resulta que el otro día circulaba con mi vehículo por una carretera local. Evidentemente, con cientos de señales de esas de 50 que te hacen frenar en seco y que si te pilla el radar te llega una buena receta. Entonces me encontré dos Guardias Cíviles delante circulando en ambas motos. En un trayecto de menso de 10 kilómetros, estos señores cometieron como mínimo 3 infracciones. La primera con respecto a la velocidad, en zona urbana, con señal de 50, iban como mínimo a 80 a la hora. La segunda, circular en paralelo, Y la tercera, y todavía más grave, en una zona de escasa visibilidad en medio de una curva cerrada, se dieron la vuelta para cambiar de sentido. Pero ¿a quién le importa? Si aunque denuncies se quitan la multa ellos mismos. Así va el país
