El discurso de hoy del presidente sirio, no me ha sorprendido. Es más, el argumento de «la gran conspiración extranjera» cuando estos políticos ven como todo su poder puede pender de un hilo, no porque lo diga Europa, sino porque lo dicen sus ciudadanos, ya vienen de lejos. Recuerdo a Mubarak diciéndolo cuando todavía era presidente, y Gadafi un día dice que es AlQaeda, otro que son los extranjeros los que quieren acabar con la gran Revolución Verde de Siria. Poco más que palabras que se las lleva el viento, pero que en países que tienen lazos coloniales todavía sin soltar del todo, en países cuyas independencias gozan de pocos años de vida, estos discursos funcionan. Al menos funcionan para los que todavía pueden vivir de esos regimenes. Porque para muchos otros, el cambio es más que inminente.
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