Lo cierto es que mientras en este país no haya políticos honestos que crean en lo que dicen y que no defrauden al electorado nuestro futuro es negro, y decir que somos democráticos es decir demasiado. Y que no me vengan comparando con dictaduras abiertas para decirme que España va bien, porque yo lo que de verdad quiero es que me comparen a Alemania, a Finlancia, a Dinamarca, y que un día se diga que España ha llegado a ser como ellos.
Y es que ya lo decía el refrán que no se le pidiesen peras al olmo, y lo mismo pasa con las promesas de los políticos. Porque recuerdo muy bien a Rajoy en campaña prometiendo que el IVA no se subía, y hoy el responsable de economía, Luis de Guindos, se ha atrevido a insinuar que podría llegar una nueva subida para marzo. Y tan pancho que se ha quedado. no es que se ha acordado de lo que llevaron el el programa electoral, no es que se ha sentido mal por las promesas no cumplidas. Vamos que en resumidas, le ha importando dos pimientos.
Y con esos dos pimientos, muchos de los embobados con el PP, porque parece que en España quedan pocos que no estén embobados por siglas, me cuentan que las cuentas públicas reflejaban un deficit que no era real. ¿Ah, pero esto es nuevo? Que yo sepa, desde que nos hemos puesto el término democrático y hemos cambiado de gobiernos, las cuentas nunca han sido claras. Y eso Rajoy tenía que saberlo. Y luego está que cuando Zapatero subió el iVA lo hizo, según Rajoy porque era mal gobernante. ¿Y si lo sube usted, Mariano? ¿Me puede explicar qué es usted entonces? En fin, que así nos va…
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