Indignados que siguen con su indignación

Parece que el movimiento Indignados está muy lejos de acabarse. Las razones son evidentes. Y es que cuando el ciudadano se cansa, la represión no hace más que aumentar sus ganas por cambiar las cosas. En muchos de los puntos, estoy totalmente con los Indignados, aunque eso lo aclararé en un post a continuación, en el que se resumen los puntos que tiene en cuenta el movimiento social. Sin embargo, creo que hay dos cosas que se han pasado por alto, o mejor dicho que se han querido pasar por alto ante la revolución del 15M. La primera de ellas es que si la indignación se supone que vienen desde el ciudadano no se puede menospreciar la indignación que se causa a otros de su clase, es decir a ciudadanos. Hablo por supuesto de la gente que tiene comercios en El Sol, que lejos de ser especuladores son e general familias que viven de eso, y que pagan mensualmente impuestos, gastos por servicios y SS.

Una de las manifestantes, hoy, en la plaza de Oriente. | Clara de la Fuente

Por tanto, si se quiere conseguir el cambio social habrá que partir de la base de que no se le pueden causar perjuicios a la propia sociedad. Por otro lado, el problema es que dentro de Indignados hay demasiadas corrientes. Y dentro de estas corrientes hay un colectivo particular que pretende pasar de ser el joven de mamá al joven del Gobierno. Y eso sinceramente no me gusta. No me gusta que la única aspiración que tengan los jóvenes sea la de depender del Estado. En todo caso creo que en el siguiente post sobre el tema podremos entender mejor los objetivos que persigue el movimiento en sí, porque bajo mi punto de vista, como siempre en política, los objetivos parecen ser los grandes desconocidos tras unas siglas que en este caso son 15M.

Noticia | El Mundo