Mientras responsables rumanos llegaban a París para mantener conversaciones al respecto, el Gobierno del presidente Nicolas Sarkozy defendió la repatriación de cientos de romaníes en las últimas semanas y dijo que la emigración masiva de Rumanía se había convertido en un problema europeo.
El primer ministro francés, François Fillon, escribió el miércoles al presidente de la Comisión Europea, Jose Manuel Barroso, pidiéndole que adopte medidas para garantizar que los 4.000 millones de euros en fondos europeos otorgados anualmente a Rumanía se utilizaban para asentar a los gitanos.
«Francia no tiene los medios judiciales para obligar al Gobierno rumano a gastar estos fondos en dar viviendas y educación a su población», dijo el ministro de Asuntos Europeos, François Lellouche, a la radio Europe 1. «Pero Europa puede, y esa es la razón por la que el primer ministro escribió al Sr. Barroso hoy».
Desde que anunció su planes a finales de julio para desmantelar cientos de campamentos ilegales de gitanos en una ofensiva contra la delincuencia, el Gobierno francés de centroderecha ha repatriado a más de 600 gitanos, en su mayoría a Rumanía.
Los críticos con la iniciativa la han denunciado a nivel político como una estrategia para reforzar la tocada popularidad de Sarkozy de cara a las elecciones de 2012 y como una forma de desviar la atención de planes impopulares para elevar la edad de jubilación en Francia y recortar el gasto público.
La estrategia de Sarkozy parece haber sido contraproducente en casa, al haberse granjeado las críticas de la derecha francesa, la oposición socialista e incluso de la influyente Iglesia católica, poniendo a la defensiva a ministros del Gobierno.
Lellouche dijo que esperaba que las conversaciones el miércoles y el jueves con los secretarios de Estado rumanos de seguridad pública e integración de los romaníes presagiaran un cambio de rumbo por parte de Bucarest.
«El Gobierno rumano debe hacer de esto una prioridad nacional y si no lo hace, sucederán ciertas cosas, sobre todo en lo que respecta a la adhesión de Rumanía a Schengen», declaró.
Rumanía y la vecina Bulgaria, miembros de la UE desde el inicio de 2007, quieren unirse a la zona Schengen que abarca a 25 países por los que la gente puede moverse libremente a través de las fronteras internas entre los países miembros.
Está previsto que se unan el próximo año.
Francia, que dice que expulsó a 10.000 gitanos el año pasado mediante una política que comenzó con el anterior gobierno conservador, insiste en que está actuando de acuerdo con la ley europea al repatriar a romaníes que llevan en el país más de tres meses sin trabajar.
También dice que la mayoría de las repatriaciones son voluntarias.
A los romaníes que aceptan irse de Francia se les ofrecen 300 euros por adulto y 100 euros adicionales por cada niño, pero muchos dicen que están siendo coaccionados y volverán inmediatamente.