La Haya.- El segundo intento de formar una coalición de gobierno en Holanda fracasó hoy tras solamente dos días de negociaciones entre el cuatripartito, con partidos de derecha e izquierda, que aspiraba a participar en el Ejecutivo.
El líder de los liberales (VVD), Mark Rutte, que es quien lidera las negociaciones, declaró a la prensa que ve «poca perspectiva» para una coalición en la que participen su formación política junto con los laboristas (PvdA), los verdes (GroenLinks) y los demócratas de izquierda (D66).
Por su parte, el líder laborista, Job Cohen, y la líder de los verdes, Femke Halsema, se mostraron decepcionados por la postura liberal y la rapidez con la que ése partido ha tirado la toalla.
Es la segunda vez desde que se celebraron las elecciones del pasado 9 de junio -en la que el VVD fue el vencedor- que fracasa un intento de crear una coalición que gobierne en mayoría.
El reparto de escaños tras las elecciones en Holanda ha sido tan fragmentado que resulta complicado formar una coalición que agrupe una la mayoría de los 150 escaños de la Cámara Baja del Parlamento.
El VVD (liberales de derecha) ganó las elecciones con 31 escaños, de forma muy ajustada respecto a los laboristas, que se quedaron a un asiento de los primeros.
Primeramente se intentó una alianza con el partido más votado, el VVD, y los antimusulmanes de Geert Wilders (PVV), ya que éstos son los que ganaron más votos -pasaron de 9 a 24 escaños- respecto a los comicios anteriores.
Esa coalición fracasó por la negativa de los democristianos (CDA) a ser el tercer partido que diese la mayoría a un posible gobierno de centro-derecha.
Los democristianos del actual primer ministro en funciones, Jan Peter Balkenende, fueron los grandes derrotados de los comicios, ya que sólo obtuvieron 21 escaños, prácticamente la mitad que los 41 escaños obtenidos en las elecciones de 2006.
Se desconoce hasta el momento qué otro paso se dará en el proceso de buscar alianzas para crear Gobierno.
Podría barajarse la posibilidad del crear alianzas entre laboristas, democristianos y liberales, pero los primeros ya han adelantado que no se prestarían a colaborar en esa coalición.
También podría volver a estudiarse una coalición de centro-derecha, para lo que los democristianos tendrían que cambiar su postura de negarse a gobernar tras la derrota electoral.
Por lo de pronto, el proceso de creación de gobierno está en un callejón sin salida que tiene que resolver la figura del «informador», que es la persona (en este caso el senador liberal Uri Rosenthal) que hace de mediador en las negociaciones.