En Bilbao, donde no quedaba una sola camiseta de la selección española en los comercios, la prenda se vistió en la intimidad. Las banderas, estarían aún más escondida dentro de los domicilios, no se veían en ningún balcón, demostrándonos, antes incluso de que se dieran algunos altercados protagonizados por jóvenes nacionalistas, que todavía no tenemos libertad.