Empieza la huelga indefinida convocada por los maoístas nepalíes

Katmandú.- La huelga indefinida convocada por los maoístas empezó hoy en Nepal después de que el primer ministro, Madhav Kumar Nepal, se negara a disolver su Gobierno, tal y como éstos le exigían.

El jefe de la Policía de Katmandú, Ramesh Kharel, informó a Efe de que unos 15.000 agentes permanecen desplegados en la capital nepalí para garantizar la seguridad y que la huelga está siendo «pacífica» en líneas generales.

Las carreteras amanecieron desiertas, y los comercios y escuelas -que los domingos suelen estar abiertos en Nepal- cerraron sus puertas durante la jornada, en la que se han desarrollado varias manifestaciones de las juventudes maoístas.

Los convocantes del paro han asegurado que permitirán que los comercios abran durante dos horas por la tarde para que los ciudadanos puedan abastecerse de los artículos esenciales.

El opositor Partido Maoísta, que tiene el mayor número de escaños en la Asamblea, convocó ayer una gran protesta a la que acudieron decenas de miles de personas para exigir al Gobierno que renuncie o se enfrente a una huelga indefinida.

Ese mismo día, el marxista-leninista Kumar Nepal instó a los maoístas a desconvocar la huelga y dijo que no podía dimitir en un momento «crítico» para el país como éste.

Anoche se produjeron contactos entre los diferentes partidos del arco nepalí sin que se alcanzase acuerdo alguno.

El Partido Maoísta, en el poder hasta que en 2008 un rifirrafe con el Ejército y la Judicatura le empujó a salir del Ejecutivo, exige la formación de un nuevo Gabinete encabezado por él, mientras que el resto de partidos le pide que desmantele la estructura «paramilitar» que permite a las juventudes maoístas forzar huelgas y presionar a los ciudadanos.

En medio de esta crisis política, sigue paralizado el proceso de paz, que empezó en 2006 con la firma de un acuerdo entre la antigua guerrilla maoísta y el Gobierno entonces dirigido por el Partido del Congreso.

Quedan pendientes aún la integración de más de 19.000 ex guerrilleros en el Ejército y la redacción de una nueva Constitución, un objetivo para el que se había fijado un plazo hasta finales de este mes.

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