Parece que Brasil sea ya considerada mundialmente como una economía emergente que cada día tiene más peso en la economía mundial. Mañana, se celebrarán las elecciones. Comicios a los que están convocados unos 132 millones de persona y cuyos resultados si las encuestas no fallan son casi predecibles. La candidata de Lula, Rousseff, parece tener la confianza del pueblo brasileño.
La única incógnita será si es capaz de ganar en la primera vuelta, hecho que marcaría un hito en la historia del país, ya que ni Lula, con un 80% de popularidad actualmente (y que por ley no puede presentarse a un tercer mandato) lo logró en su momento.
Lo cierto es que una potencia mundial cuyo crecimiento económico es envidiable por la gran mayoría de los países del mundo, entre un 4 y un 5% anual desde hace ya 8 años, le debe bastante al actual presidente, Lula da Silva, que ha demostrado que a veces, los gobiernos de izquierdas saben llevar al país hacia una economía próspera en lugar de hacer como algunos otros políticos latinoaméricanos que le reportan más hacia una segunda Cuba que a otra cosa.
Por mi parte, y aunque haya muchas cosas que criticar de Lula da Silva, lo cierto es que ha hecho una labor memorable, y hoy en día la clase media brasileña ha aumentado alcanzando cifras de hasta 30 millones de personas. 30 millones de personas que hace 10 años vivían bajo los umbrales de la pobreza. Y es que cuando se hacen las cosas bien, hay que decirlo. Enhorabuena a Lula, y esperemos que su candidata lo haga igual de bien, al emnos en el sentido económico que lo ha hecho él.
Fuente | El País
