Pese a que ayer tuvo una oportunidad de oro para dar carnaza a quienes calientan las tertulias y arremeter contra Ferraz –por el envío masivo de sms anónimos a los móviles de cientos de militantes en los que se reproducían datos de una encuesta favorable a Trinidad Jiménez–, Tomás Gómez se limitó a pedir a los miembros del PSM que «mantuvieran la calma» y evitaran la polémica por el bien del partido.