Si ya se solía decir que mejor estar callado, los del PP parece que no aprendieron la que parece una lección de las escuelas que ellos mismos quieren implantar, en las que se elimina todo lo que no le gusta a la ideología de derecha y que simplemente elude el problema social de la sociedad en la que se vive. Y es que esta vez Cospedal se ha lucido. Y si la pobre no tiene bastante con que propios e impropios la ataquen en el parlamento castellano-manchego que dirige, por eso de tanto recorte que implanta por todos lados, y los sueldos que le quita a casi todos los que no sean ella, que cobra tres; ahora la lía en Madrid, y encima con el asunto Bárcenas.
Y es que lo del salario en diferido, el pago a plazos del finiquito de Bárcenas, ha sido ya lo más. O sea, que en mi propia cara me dicen que han simulado un contrato, algo que es ilegal y se quedan tan panchos. ¡Sí señor, esto si es ser caraduras! ¡Y encima, están orgullosos de serlo!. Lo peor de todo, y digo peor para la cúpula del PP es que Bárcenas parece un pajarito cantando y si su prepotencia fue lo más cuando dijo que le enseñasen dónde estaba el fin de contrato, ahora parece que no le faltaban razones.
Si al final, hasta le vamos a tener que dar las gracias a Bárcenas. No digo por los millones que nos robó a todos los españoles, que por eso debería pagarlo, sino por desmantelar a toda una cúpula que además de robar, como casi todos los políticos, se encarga de desmontar nuestro sistema social diciéndonos que ellos son los honrados y los dignos. ¡Señores, dimitan ya!