El apocalíptico suceso lleva incubándose años, con la complicidad de PSOE, PP, IU, que han permitido que el Estado se desangre para alimentar sus redes clientelares y chiringuitos particulares.
No están exentos de responsabilidad tampoco los partidos nacionalistas que han visto en el chantaje que les proporciona el sistema electoral la oportunidad de desarrollar de modo descontrolado estructuras autonómicas y solapadas que generan un coste anual en gastos supérfluos y que podrían evitarse estimado en 26.000 millones de euros.
Y es que según las previsiones del Fondo Monetario Internacional, España iba camino de alcanzar el mayor déficit del mundo. No sabemos si a esto se refería la Srta. Pajín cuando hablaba de acontecimiento planetario, pero vaya si lo ha sido, porque España y su insostenible modelo institucional, autonómico, político, económico y educativo han puesto en jaque al mundo desarrollado.
Zapatero debía pensar que España estaba exenta de pagar la pena y cumplir la condena que ahora nos imponen a todos como resultado de su irresponsabilidad y con la complicidad de la oposición, que hace en sus reinos de taifas aquello que critica con la boca pequeña al Gobierno, porque todas las comunidades, independientemente de quien las gobierne, han ido a recibir su pedazo de pastel de financiación adicional (11.000 millones adicionales con el nuevo sistema de financiación autonómica pactado con los nacionalistas hace solamente un año, nuevamente para comparar y ver si es mucho o poco dinero… ¡vaya! una cifra parecida al recorte que ahora hay que hacer de 15.000 millones de euros). De nada sirve echarse a la calle y clamar contra la subida del IVA con una mano cuando con la otra se mete la mano en la caja.
El Estado dejó pasar su oportunidad de salvar a las empresas, familias y autónomos y malgastó el dinero en chucherías y planes E, ahora hemos perdido la oportunidad porque el dinero ya no está, se ha gastado en medidas que tenían más de propaganda y compra de votos que efecto real en la creación de empleo, riqueza y actividad. En otros países se hizo así y ahora están recogiendo los frutos, un pequeño partido con un único representante en el Parlamento nacional, Unión Progreso y Democracia, lo advirtió.
Por primera vez vivimos los que nacimos en democracia una obligada pérdida de soberanía de España, la cual cede ahora nuestro Presidente a instancias internacionales que nos exigen tomar medidas que pensábamos que solamente se pedían a países en vías de desarrollo o «tercermundistas». y esas instituciones son las que van a controlar nuestra nueva condición de «libertad provisional vigilada» y a determinar a partir de ahora la política económica a seguir, empezando por el déficit y continuando próximamente con el mercado laboral y el sistema de pensiones… Más le vale a José Luis Rodríguez Zapatero convocar elecciones con urgencia si no quiere tragarse esos sapos.
Lástima de superávit derrochado y años de vacas gordas en los que el número de funcionarios ha crecido sin parar al amparo del tinglado autonómico, que nos habrían permitido haber realizado los deberes en unas condiciones más llevaderas para todos. Pero éste es un melón que nadie tiene valor para abrir, y el sentido de Estado exige valor.
Zapatero intenta ahora seguir las instrucciones que le da Obama por teléfono, pero ¿cómo se va a poner en práctica esta medida en las administraciones autonómica y local? No parece que sea legalmente viable un «ordeno y mando» desde el gobierno estatal… Ya quisiera Zapatero que una llamada telefónica suya a los presidentes de las Comunidades Autónomas tuviese el mismo efecto que ha tenido una llamada de Obama, porque el problema que tenemos es sistémico, de desorden del Estado y descontrol; no es un problema económico, son diecisiete problemas económicos.
Baste recordar que las Comunidades Autónomas son responsables del 36% del gasto total del Estado y de 7 de cada 10 funcionarios. Pero esto se ha acabado, porque es fácil gobernar cuando aumentan los sueldos de los funcionarios, las plantillas, los presupuestos y las contratas para las empresas municipales en las que se colocó a los amiguetes, pero ahora las cuentas no salen.
Tan preocupados deben estar algunos que incluso públicamente empiezana pedir insistentemente información e ideas a ese pequeño partido, que no tiene representación en los ayuntamientos, sobre las medidas y propuestas que tenemos para los ayuntamientos. Obsesiva empieza a resultar la cuestión para Izquierda Unida, que como ya vimos antes tampoco está exenta de culpa, ya que ha sido y es cómplice del PSOE y de los nacionalistas, e incluso del PP (con uno de Izquierda Unida pactó el PP sacar al «hijoputa» de Caja Madrid). No tienen que esperar a las elecciones del año próximo, porque proponemos lo mismo que venimos diciendo a nivel nacional hace dos años: limitación de mandatos de los cargos públicos, listas abiertas, regeneración de la política, igualdad real y efectiva de todos los ciudadanos, medidas económicas de tipo liberal, gobiernos instrumentales que no ideológicos, desmontaje del entramado de empresas municipales, persecución contundente de la corrupción… Porque los problemas que tiene este país son de fondo y Unión Progreso y Democracia ha nacido para defender el Estado, y lo también lo va a defender desde aquellos Ayuntamientos y Parlamentos Autonómicos en los que logre representar a todos los ciudadanos que están hartos y cabreados.
Tenemos por delante un campo de minas, esto no se pasa en dos días ni esperando a que pase la tormenta, España está peor de lo que nos han contado y necesita un Gobierno fuerte que tome las riendas y decisiones correctas, no parece un buen momento para conejitos temblorosos, ni en el Gobierno ni en la oposición.
Queda claro que Zapatero ha renunciado a gobernar y ha optado por hacer pagar la crisis a quienes más la sufren: congela las pensiones, desactiva la Ley de Dependencia y rebaja el sueldo a los funcionarios. En su lugar debería abordar las reformas estructurales necesarias para superar la crisis (Reforma del mercado laboral, supresión de medidas fiscales regresivas, efectivo control del fraude fiscal y despolitización de las Cajas de Ahorro).
UPyD ha dado a conocer sus propuestas detalladamente y en numerosas ocasiones, resumo a continuación para los que no saben leer entre líneas y que desde otros partidos nos reclaman ideas concretas, algunas de las medidas que proponemos:
- El saneamiento del sistema financiero, que en nuestra opinión no puede desvincularse de su reestructuración y profesionalización. A este respecto la operación de salvamento de las Cajas resulta muy peculiar, pues las Cajas que necesitan el dinero público ponen las condiciones bajo las que están dispuestas a recibirlo. Debería ser al revés: a cambio del dinero público del rescate, deberían exigirse condiciones como la asunción de responsabilidades por parte de los malos gestores, la profesionalización y despolitización de los órganos rectores de las Cajas, el fin de los vetos autonómicos a las fusiones entre Cajas de diferentes Comunidades o la cesión al Banco de España de las tareas de regulación y supervisión.
- La consolidación fiscal. El mayor margen de ahorro existe en las administraciones autonómicas, con su proliferación de televisiones, órganos consultivos y asesores, delegaciones en el resto de España y el extranjero, empresas públicas… La consecuencia más preocupante de la situación actual de duplicidades y desgobiernos varios es que la administración central no tiene margen para estabilizar ella sola las cuentas del conjunto, pues el núcleo de sus gastos son transferencias con poco margen discrecional (pensiones de jubilación, prestaciones y subsidios de paro, intereses de la deuda pública o transferencias al resto de administraciones). Dada la gravedad de la situación, que nos conduce a un país inviable, si el Gobierno no se atreve a iniciar la reforma del propio modelo de Estado, al menos no debería renunciar a su papel de garante del interés general.
- La reforma de la financiación local y autonómica es otra cuestión que sorprende no se haya planteado por ningún partido político. La defectuosa financiación local es una de las causas tanto de la burbuja inmobiliaria como de la morosidad. La propia financiación autonómica se ha resuelto mal en la última reforma y debiera reconsiderarse, incluyendo cuestiones como una mayor importancia del Fondo de Compensación Interterritorial, y poniendo freno al gasto supérfluo de las autonomías. UPyD ha demostrado que sin suprimir las autonomías ni reformar la Constitución, solo con usar criterios eficientes, ahoraríamos 26.000 millones al año.
- La reforma del mercado de trabajo, que debe abordar decididamente el problema de la dualidad y la segmentación que aboca a los grupos más débiles de la sociedad, como los jóvenes, a un horizonte de desempleo sin prestaciones o precariedad laboral. Para ello, debería introducirse un único contrato indefinido con indemnización por despido creciente para todas las nuevas contrataciones.
- La reforma del sistema de pensiones, ha de basarse en el alargamiento voluntario e incentivado de la vida laboral, en la penalización fiscal de las prejubilaciones y en la recuperación de la economía que permita aumentar el número de cotizantes a la Seguridad Social.
Pedimos que estas propuestas de calado y ambiciosas se incorporen al debate político y concluimos expresando nuestro convencimiento de que España necesita abordar ineludiblemente la reforma del requiere reformas de gran calado. Porque la crisis que tenemos no es solamente económica; es ante todo una crisis política e institucional.
Javier Flores, responsable de comunicación de UPyD Madrid