«Aprendiendo la narrativa histórica del otro«, así se llama un manual de historia que cuenta el conflicto entre Palestina e Israel desde el punto de vista de los dos Estados. Sin embargo, se ha convertido en el libro maldito de Oriente Medio, ya que ambos países lo han prohibido en sus aulas universitarias.
El primero en hacerlo ha sido Israel, dando unas razones bastante poco coherentes, y poco propias del Estado que se quiere colocar en el bando de los «buenos», calificándolo de falaz y de repleto de distorsiones. Mientras, al otro lado, en Palestina se permitía que el libro se enseñase en algunas escuelas como proyecto piloto, pero ante las protestas de sindicatos y otras organizaciones se ha eliminado, con las voces de fondo que lo calificaban de que «puede hacer daño a la causa palestina».
Lógica pura. El conocimiento hace daño. El conocimiento no te hace libre, sino que hace que te puedas pasar al otro bando y dejes de defender los derechos de tu país. Vamos, que como en la Edad Media. Pero si pensamos que esto ocurre en el SXXI, y en un lugar del mundo donde el conflicto es permanente, parece mentira que ni Palestina ni Israel tengan voluntad para entender el punto de vista del otro, porque si no hay entendimiento, sino podemos pensar porque el otro hace lo que hace ¿cómo vamos a resolver el conflicto? En fin, que lo que está claro es que no debe interesar, ni a unos ni a otros, y mientras los jóvenes, los universitarios quieren conocer, quieren aprender, y quieren cambios, las clases políticas se han instalado en un panorama que pretenden mantener a toda costa. Y así, no hay quien resuelva nada.
Noticia | El País