La Fiscalía de Venezuela ha citado a declarar como testigo al etarra Arturo Cubillas el próximo martes 2 de noviembre para de esta forma intentar aclarar su relación con ETA y, al mismo tiempo, la posible relación que existe entre la banda terrorista y el gobierno venezolano de Hugo Chávez.
Lo que más llama la atención aquí es que Cubillas vaya a declarar como testigo y no como imputado. Mientras en Venezuela tanto el gobierno de Hugo Chávez como la propia justicia parecen representar un paripé de cara a la galería para acallar la polémica, en nuestro país se sigue reclamando la exportación de Arturo Cubillas desde Venezuela a España para juzgarle por su presunta vinculación con ETA y con las FARC.
Por si fuera poco, ha tenido que ser el propio Cubillas el que solicitase el pasado día 11 al Ministerio Público venezolano ser investigado y señaló que se siente indefenso ante las acusaciones que se han hecho contra él. Mientras, el propio Ministerio Público asegura que todavía no ha recibido ninguna petición del Gobierno de España para que Cubillas sea extraditado desde Venezuela a nuestro país.
El Consejo de Ministros del Ejecutivo de Zapatero ha cursado precisamente hoy esa solicitud formal, a pesar de que el el juez de la Audiencia Nacional Eloy Velasco exigió hace más de una semana al gobierno socialista que comience los trámites para extraditar a Cubillas desde Venezuela a España. Más vale tarde que nunca.
Precisamente el juez Eloy Velasco este pasado miércoles rechazó la personación del etarra deportado en 1989 en Venezuela en la causa que investiga una presunta alianza entre ETA y la guerrilla de las Fuerzas Amadas Revolucionarias de Colombia (FARC), y le citó a declarar como imputado el próximo 14 de diciembre. Por si no fuera suficiente, sobre Cubillas pesa también una orden de busca y captura.
En la actualidad Cubillas tiene nacionalidad venezolana y trabaja en un organismo dependiente de un ministerio del gobierno de Venezuela. Precisamente el hecho de que tenga nacionalidad venezolana es lo que más argumentan tanto la Fiscalía de ese país como el gobierno de Hugo Chávez para evitar que el etarra sea extraditado a España y pueda ser juzgado en nuestro país por haber entrenado a dos etarras en Venezuela.
Así las cosas, lo único que parece claro en todo este culebrón sobre Cubillas, su relación con ETA y con las FARC y la relación del gobierno de Hugo Chávez con el terrorismo es que cada uno hace lo que le da la gana y nadie parece realmente interesado en que el etarra sea juzgado. Como se suele decir popularmente, el uno por el otro y la casa sin barrer. Se pasan la pelota unos a otros pero nadie hace nada.
Mientras el gobierno de Zapatero ha cursado por fin la petición del juez de la Audiencia Nacional de solicitar la extradición del etarra, el gobierno de Hugo Chávez se defiende como gato panza arriba de las acusaciones de relación con el terrorismo pero, al mismo tiempo, lleva a cabo una estratagema para acallar la polémica y capear el temporal pero no hace nada para demostrar con datos, hechos y pruebas que realmente no tiene ninguna relación con ETA y con las FARC.
Es muy triste que mientras la justicia española se esfuerza por seguir adelante con este caso, sea el propio Cubillas quien solicite a la justicia venezolana declarar como testigo. Pero mucho más triste y grave aún es el hecho de que el gobierno español no haga todo lo posible por extraditar a Cubillas y juzgarlo. Veremos si finalmente el etarra declara el próximo 14 de diciembre, aunque mucho tienen que cambiar las cosas de aquí a entonces.