El embarazoso caso de espionaje que enturbia la nueva era de relaciones entre Rusia y Estados Unidos ha quedado cerrado con una imagen propia de la Guerra Fría: un canje de agentes secretos.
El embarazoso caso de espionaje que enturbia la nueva era de relaciones entre Rusia y Estados Unidos ha quedado cerrado con una imagen propia de la Guerra Fría: un canje de agentes secretos.