El «fin de la guerra», como lo definió el portavoz del Departamento de Estado, Philip Crowley, no supone el fin de las acciones antiterroristas y las patrullas en las calles de Irak. Las unidades americanas seguirán trabajando mano a mano con las fuerzas locales en puntos calientes como Mosul, Diyala o Kirkuk, tres de las heridas abiertas en el nuevo Irak ‘postsadam’.