Ed Miliband, de 40 años, pronunció su primer gran discurso como líder del Partido Laborista abordando las inquietudes sobre que iba a ser permisivo a la hora de recortar el déficit o un izquierdista en manos de los sindicatos.
Los laboristas perdieron las elecciones de marzo después de 13 años en el poder, y fueron sustituidos por una coalición integrada por los conservadores-liberales que prevé llevar a cabo profundos recortes para reducir un déficit presupuestario récord en época de paz.
«No me opondré a todos los recortes que proponga la coalición», dijo Miliband en la conferencia anual de su partido en la ciudad de Manchester, en el noroeste del país.
«Y cuando lleguen las próximas elecciones, algunas cosas que habrán hecho no se podrán cambiar», dijo.
Miliband derrotó a su hermano mayor David para convertirse en el nuevo líder laborista el sábado, gracias a un fuerte apoyo de los sindicatos, lo que llevó a acusaciones de que sería una marioneta en manos de las fuerzas sindicales. Con este discurso ha tratado de demostrar que no es el caso.
«No quiero saber nada de retórica grandilocuente sobre olas de huelgas irresponsables. El público no las respaldará. Yo no las respaldaré. Y vosotros tampoco deberíais apoyarlas», dijo.
Dada la preocupación del público sobre los recortes en el gasto, los laboristas superaron a los conservadores de centroderecha por primera vez en tres años en una encuesta de YouGov, publicada el martes por el diario Sun
Proclamando que una nueva generación se había hecho cargo del laborismo, Miliband se distanció de algunas políticas clave del Gobierno de su partido, en particular de la decisión del entonces primer ministro Tony Blair de respaldar la invasión de Irak encabezada por EEUU.
«Creo que nos equivocamos, nos equivocamos al llevar a Reino Unido a la guerra y tenemos que ser honestos al respecto», declaró.
Criticó cómo los laboristas manejaron la economía, diciendo que Reino Unido estaba demasiado expuesto a sus servicios financieros y que el partido debería haberse resistido a la desregulación de los mercados financieros.
Miliband dijo que se tomaba en serio la reducción del déficit.
«Pero lo que no deberíamos hacer como país es que una mala situación empeore al embarcarnos en la reducción del déficit a un ritmo que ponga en peligro nuestra recuperación», manifestó.
«El punto de partida para un plan responsable es reducir el déficit a la mitad en cuatro años, pero el crecimiento es nuestra prioridad y debemos permanecer vigilantes para evitar una recaída»
